viernes, 26 de septiembre de 2008

Más sobre la Infancia "Alabanza a Ibejis"


La Niñez
por Laura Rodríguez 24.09.08
Recuerdo con mucha alegría la época en la que era chiquita. El barrio ,los amiguitos,el jugar en la calle,las veredas llenas de juguetes , horas armando todo para luego comenzar a jugar a las muñecas , a la mamá , a la comidita.Todos juntos , nenes y nenas de distintas edades nos integrábamos en un mismo juego.La ropita de las muñecas me la hacía mi nona que cada vez que venía de su pueblo era maravilloso por lo que traería y por lo que se brindaría a hacer.Y es para destacar sus dulces , quesos y huevos de campo y alguna que otra ave congelada.La primera vez que anduve en bici sin rueditas,los carnavales con bombuchas,la rayuela,las bolitas,la popa ,la escondida,la soga,el coro y la música ,cuidar a los perritos abandonados en la casa deshabitada.Pero todo se terminaba cuando caía el sol o antes , al escuchar el grito de mi mamá desde la ventana para que entrara.La escuela primaria con su ceibo en el patio era hermosa en su totalidad,los compañeritos , las señoritas , los porteros,los paseos al río , el barrio.Son muchos los momentos que tengo presentes de la infancia , la mayoría tal vez agradables ,aunque también me invadía una timidez que me hacía sonrojar y pasar mucha verguenza en ciertas situaciones.

Infancia
por Cristina Perez 25.09.08
Sueño de recuerdos, atmósfera imprecisa, olores y cantos.
Juegos compartidos, risas y monstruos gigantes en sombras que nos hacían gritar y correr para salvarnos detrás del aparador.
Casas que me parecían enormes con flores blancas en el frente y un perfume penetrante.
Siestas en que nos escapábamos sigilosamente al mundo de los inventos y la imaginación.
Muñecas que volaban alto por el cielo y que nunca podíamos volver a encontrar.
Vestidos de madre, chupetines de azúcar quemada, guerras de niñas peleando por juguetes, cabellos largos y llantos que duraban poquito, un sana sana y a otro juego nuevo.
La abuela que venía a visitarnos con regalitos para todos, los deberes de la escuela y otra vez se hacía la hora -en mitad del día- donde los grandes dormían y los chicos descubríamos el placer de jugar sólo por jugar.

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